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miércoles, 17 de octubre de 2012


Títulos de canciones relacionadas con la violación de Derechos Humanos

Contra la violencia de género:
Salir corriendo: Amaral
Nunca más a mi lado: No te va a gustar

Por los Derechos de los Niños:
Que canten los niños
Soldado de papel: David Bisbal

Algunas imágenes



CUENTO PARA TRABAJAR CON LOS DERECHOS HUMANOS

Les presento un cuento que me pareció muy interesante para utilizarlo como recurso en el trabajo con derechos.

EL CUENTO DEL LOBO
Instituto Interamericano de Derechos Humanos
El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y me gustaba mucho. Siempre trataba de mantenerlo
ordenado y limpio. Un día soleado, mientras estaba recogiendo las basuras dejadas por unos
excursionistas, sentí pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi venir una niña vestida en forma
muy divertida: toda de rojo y su cabeza cubierta, como si no quisiera que la vieran. Andaba feliz
y comenzó a cortar las flores de nuestro bosque, sin pedir permiso a nadie, quizás ni se le ocurrió
que estas flores no le pertenecían. Naturalmente, me puse a investigar. Le pregunté quién era, de
dónde venía, a dónde iba, a lo que me contestó cantando y bailando, que iba a casa de su abuelita
con una canasta para el almuerzo.
Me pareció una persona honesta, pero estaba en mi bosque, cortando flores. De repente, sin
ningún remordimiento, mató a un zancudo que volaba libremente, pues también el bosque era
para él. Así que decidí darle una lección y enseñarle lo serio que es meterse en el bosque sin
anunciarse antes y comenzar a maltratar a sus habitantes.
La dejé seguir su camino y corrí a la casa de la abuelita. Cuando llegué me abrió la puerta una
simpática viejecita, le expliqué la situación y ella estuvo de acuerdo con que su nieta merecía una
lección. La abuelita aceptó permanecer fuera de la vista hasta que yo la llamara y se escondió
debajo de la cama.
Cuando llegó la niña la invité a entrar al dormitorio donde estaba yo acostado, vestido con la
ropa de la abuelita. La niña llegó, sonrojada, y me dijo algo desagradable acerca de mis grandes
orejas. He sido insultado antes, así que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran
para oírla mejor. Ahora bien, me agradaba la niña y traté de prestarle atención, pero ella hizo
otra observación insultante acerca de mis ojos saltones. Ustedes comprenderán que empecé a
sentirme enojado. La niña tenía bonita apariencia, pero empezaba a serme antipática. Sin
embargo, pensé que debía poner la otra mejilla y le dije que mis ojos me ayudaban a verla mejor.
Pero su siguiente insulto sí me encolerizó. Siempre he tenido problemas con mis grandes y feos
dientes y esa niña hizo un comentario realmente grosero. Sé que debí haberme controlado, pero
salté de la cama y le gruñí, enseñándole toda mi dentadura y diciéndole que eran así de grandes
para comerla mejor. Ahora, piensen ustedes: ningún lobo puede comerse a una niña. Todo el
mundo lo sabe. Pero esa niña empezó a correr por toda la habitación gritando y yo corría detrás
de ella tratando de calmarla. Como tenía puesta la ropa de la abuelita y me molestaba para
correr, me la quité, pero fue mucho peor. La niña gritó aún más. De repente, la puerta se abrió y
apareció un leñador con un hacha enorme y afilada. Yo lo miré y comprendí que corría peligro, así
que salté por la ventana y escapé.
Me gustaría decirles que éste es el final de la historia, pero desgraciadamente no es así. La
abuelita jamás contó mi parte de la historia y no pasó mucho tiempo sin que se corriera la voz que
yo era un lobo malo y peligroso. Todo el mundo comenzó a evitarme. No sé qué le pasaría a esa
niña antipática y vestida en forma tan rara, pero sí les puedo decir que yo nunca pude contar mi
historia. Ahora ustedes ya lo saben.

Luego de la lectura del cuento por parte de los alumnos podrían plantearse preguntas: ¿qué son para ti los derechos humanos?; ¿quien los creó?; ¿quienes los promulgan?; ¿en cuales de sus derechos fue afectado el lobo?; ¿en que aspectos de su vida fue perjudicado?